Conversaciones con mi abuela postmoderna

condicionReproduzco a continuación la traducción de una conversación que tuve con mi abuela recientemente en neolengua y que he titulado (somos así de raros en mi familia, titulamos las conversaciones y hablamos neolengua):

Lyotard en pocas palabras.

Abuela, me dispongo a cometer un crimen. Espero que por una buena causa.
El crimen consiste en resumir, reducir, restringir, limitar y mutilar el pensamiento de Lyotartd en La condición postmoderna, para expresarlo en unas pocas y sencillas líneas propias. Tuve la ocasión de abordar el libro este verano al realizar el trabajo final de un postgrado. Me peleé con él para entenderlo y aún hoy -al releerlo- sigo en el intento, pues creo que la profundidad del texto no admite otro remedio. Ideas que, por su complejidad, vienen y se van de mi espacio comprensivo. Ideas que por momentos conectan con conocimientos previos y se instalan en mi jerarquía conceptual, pero que al menor descuido se esfuman ante la dificultad de combinar tales y tantas variables. Ideas polémicas, incluso para el propio Lyotard que según tengo entendido confesó, ya no sé si en broma o en serio, que este era el peor de sus libros. Ideas duras que contrarían mis esquemas mentales más típicos. Ideas consideradas, como el propio libro, iniciáticas para el pensamiento postmoderno.
La buena causa, por su parte, consiste en contribuir a mi propio aprendizaje y al de quien leyendo esto se pueda beneficiar. Creo que la mejor manera de aprender ante este tipo de contenidos densos es ir de “lo general” a “lo particular”, para luego realizar el camino inverso. Sintetizar-analizar-sintetizar. Simplificarlo todo al máximo primero, en una serie de ideas muy básicas, para luego ir profundizando en los detalles, particularizando los aprendizajes. Y finalmente volver a esbozar un resumen genérico, esta vez ya cargado de sentido. Valga esta primera introducción como ejercicio destinado a extraer las ideas más generales y ponerlas en relación. No sé si fue Einstein quien dijo algo así como que, uno no sabe realmente algo si no es capaz de adaptar la explicación para que la entienda su abuela. Pues eso, y así me aclaro, ahí va mi decálogo básico para entender La condición postmoderna: Sigue leyendo

NARRATIVAS EN DERREDOR…… -apuntes para una Educación 2.0-

VERSIÓNβ

La vida, como comentario de otra cosa que no alcanzamos,

y que está ahí al alcance del salto que no damos”

Rayuela,

Julio Cortázar

                                                      

      Primera parte        

NARRATIVAS EN DERREDOR

Somos seres narrativos

Nuevas formas de contar historias

Recuperar algunos visionarios planteamientos

Breve historia de las narrativas no lineales

Somos seres narrativos. Relacionamos nuestras experiencias personales con la cultura otorgando significados. Paradójicamente intentamos encontrar un lugar personal en el mundo, acomodando nuestros modos de sentir y de pensar a una visión previa determinada por los otros, por el grupo social. Por esto representamos nuestras vidas y las de los otros en forma de narración. Escuchar y contar historias -la de uno mismo, la del mundo, la de los demás- se define así como elemento constituyente de la propia naturaleza humana.

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Del digïtus a lo digital

Nuestra historia evolutiva está estrechamente relacionada con lo digital. Podríamos considerar que empieza en lo digital y termina, al menos por el momento, en lo digital.

Hoy en día, en la era de la comunicación, por razones obvias tendemos a asociar directamente la palabra digital al desarrollo de las tecnologías que se sustentan sobre la base de ese sistema. Pocas veces reparamos ya en su acepción primigenia, la que hace referencia a los dedos. No en vano, la etimología de dígito indica que proviene del latín digïtus, que significaba dedo. Me resulta curioso como entre estas dos maneras de entender lo digital podríamos trazar un esbozo del proceso evolutivo del ser humano y plantearnos una seríe de preguntas sobre su futuro.

Hace más de dos millones de años el homo habilis comienza a destacarse de otros primates, de tal forma que podemos considerarlo uno de los primeros representantes del género humano. En gran medida esto puede ser explicado debido a que por aquel entonces los enormes cambios climáticos traen consigo transformaciones en la anatomía de la mano de algunos primates, dando lugar a esta especie. El pulgar oponible unido al aumento de tamaño de este dedo y al decrecimiento del resto de dedos de la mano, supone la posibilidad de realizar con una mayor precisión lo que se conoce como la pinza digital. Sigue leyendo

TecniusCuatro

Mi post de hoy, en el día en el que este blog cumple dos meses de existencia, está destinado únicamente a hacer una pequeña reseña de un proyecto de comunicación y educación digital estrechamente relacionado con este espacio, y en el que podrás encontrar mucha información relacionada con los temas aquí tratados. Una revista digital 100 % 2.0, que poco a poco va avanzando y construyendo su identidad gracias a un grupo de estupendos compañeros del cual me siento orgulloso de formar parte.

«Ninguno de nosotros sabe todo, cada uno de nostros sabe algo»

Pinchando sobre la imagen puedes acceder a la página de TecniusCuatro.

Black Mirror. Entre la fábula, el deliro profético y el pentotal sódico

Si aún no has visto Black Mirror y te interesa todo lo relacionado con la Era de la Comunicación, será mejor que dejes de leer este post aquí mismo porque la serie corre serio riesgo de destripe en los párrafos venideros. Pero es que me interesa hacerle un huequito a Black Mirror en el blog, que lo decore y de paso quede reflejada de alguna manera una invitación a verla y a pensarla. Su creador es Charlie Brooker, un columnista de The Guardian, que nos ofrece tres capítulos totalmente independientes entre sí, cuya relación argumental se reduce a que todos ellos suponen un ejercicio reflexivo sobre tecnologías de la comunicación y ser humano.

Sin duda lo consigue. Suscitar reflexión, digo. No ya sólo porque navega por esos lugares comunes que tanto nos interesan a aquellos a los que nos llama todo lo relacionado con la comunicación digital (redes sociales, identidad digital, control mediático, multipantallas, hipermediaciones etc.) Sino porque tras el visionado de cada uno de los episodios uno se queda pegado al sillón, a medio camino entre el agradable regustillo que deja la sorpresa de haber disfrutado de algo impactante y bien facturado; y cierta inquietud producida por el desasosiego de intuir estar viendo algo no tan lejano a las posibilidades futuras. Y de ahí viene el título del post. ¿Estamos ante simple fabulación? ¿Se le fue la mano a los guionistas como agoreros? ¿O realmente te acabas de tragar tres pastillas rojas, de ésas que ofrecía Morfeo a Neo en Matrix, del tirón y sin agua? Sigue leyendo